jueves, 21 de agosto de 2014

NECESITO TU MIRADA, Benjamín Adolfo Araujo Mondragón



Necesito tu mirada, diariamente la quiero
junto a mi para mecerme en ella y saber
que tus suspiros me pertenecen, son míos,
sólo míos y de nadie más: amada mía.
Necesito tus besos, gota a gota, sin prisa
porque deseo que en ellos atrapemos
al tiempo miserabla que nos extingue
segundo a segundo, como en un patíbulo
temporal colgado de los relojes que
caminan ante nuestros ojos, inmisericordes.
Necesito tu mano en mi mano, día con día
para saberme vivo y no guardado en tus
recuerdos sino vivo: aquí, ahora, en este
preciso instante que se arrastra por los
días impenetrables como cuevas innotas
que cabalgan sin duda hacia la muerte.
Te quiero aquí y ahora, por siempre:
¡¡¡aquí y ahora!!! en un siempre eterno
inacabado, intemporal, inmarcesible
petreo como si sólo se hubiera hecho
desde siempre: amada, amante, beso
tu tumba desde mi futuro, la beso y no
comparto tus recuerdos; son míos...

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